FRANCIA PROHIBE "EL RELLENE SU BEBIDA LAS VECES QUE QUIERA"

La guerra contra el lobby del azúcar continúa, diferentes países han tomado medidas impositivas, y otro tipo de decisiones para reducir el consumo de azúcar por la población, logrando así reducir los nefastos efectos que produce en la salud su consumo en exceso, así como las repercusiones en el sistema sanitario. Estas medidas pretenden reducir la morbimortalidad que produce, así como la incidencia de enfermedades como la diabetes, la obesidad, y todas las enfermedades relacionadas con el consumo de azúcar tan comunes hoy en día.

Esta vez el objetivo han sido las bebidas azucaradas. Se acabó el 'rellene su bebida las veces que quiera'. Francia se ha tomado muy en serio luchar contra la obesidad de los ciudadanos. Las máquinas de vending y las patatas fritas fueron sus primeras víctimas, ahora es el turno de las bebidas refrescantes.

El país galo ha aprobado una ley que prohíbe la distribución ilimitada, sea gratuita o con un precio fijo, de bebidas azucaradas en restaurantes y establecimientos del sector hotelero, de la restauración y educativos, lo que incluye los comedores escolares, poniendo fin así al típico "rellene su vaso las veces que quiera". También las cadenas de comida rápida extranjeras se verán afectadas por una ley que quiere “limitar, sobre todo entre los jóvenes” los riesgos de obesidad y diabetes a la par que concienciar de las grandes cantidades de azúcar que contienen. Dentro de los perjudicados se incluyen a grandes multinacionales como KFC, Quick o las cafeterías Ikea que ofrecían el famoso 'free refill' (relleno gratuito).

El decreto, publicado en el Boletín Oficial del 26 de enero de 2017 ya en vigor, incluye "los refrescos con y sin gas aromatizados; los concentrados como los siropes de fruta; los refrescos a base de agua, leche, cereales, verduras y frutas; las bebidas deportivas y energéticas; y los néctares de frutas, hortalizas y similares, ya que contienen azúcares añadidos o edulcorantes artificiales”. Esta medida se encuadra dentro de la Ley de modernización del sistema sanitario que el Ejecutivo francés promulgó el 26 de enero de 2016.

Ya en 2011 el Gobierno galo adoptó un impuesto -la llamada 'tasa soda'- sobre las bebidas que contenían azúcar u otros edulcorantes, por ello las bebidas azucaradas tienen un impuesto superior en Francia desde el 2012.

Este es el último intento para frenar la obesidad nacional, llevado a cabo por el gobierno galo. Que ve aumenta el número de obesos y la problemática que ello conlleva para el sistema sanitario sin cesar. Las estadísticas sitúan a Francia en un 15.3%, ligeramente por debajo de la media europea de 15.9%, que encabeza Malta, con un 26% obesos entre su población mayor de 18 años. Cifras estas nada admirables, pero todavía lejos del 36.5% de los Estados Unidos. Sin embargo si nos centramos en la población entre 30 y 60 años, aproximadamente la mitad sufren sobrepeso u obesidad. Cifras alarmantes según el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica en Francia (INSERM),como para que el gobierno haya tomado medidas al respecto.

Según la OMS, hace tiempo que la obesidad es un problema de salud mundial que se ha convertido en una epidemia. En octubre pasado en su informe Las políticas fiscales para la dieta y la prevención de Enfermedades No Transmisibles (ENT) recomendó que se aumentaran, al menos un 20%, los impuestos sobre las bebidas azucaradas. 
 

En España, en diciembre de 2016, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, anunció un impuesto para 2017 que gravará las bebidas azucaradas, en línea con lo que hacen ya otros países como Reino Unido o como prevé aplicar Portugal, según el ministro.

Medidas similares fueron probadas en México, donde en 2014 se incrementó el impuesto de las bebidas azucaradas a un 10% para reducir unos niveles de diabetes que alarman a los expertos. Y solamente tras un año, la venta de estas bebidas bajó un 12%.

La OMS recuerda también que los impuestos por sí mismos no son suficientes si no se implementan otras cuestiones como la educación sanitaria en las escuelas y las familias, y el abaratamiento de productos sanos, como frutas y verduras, como alternativa.

© Nerea de la Torre