SAL REFINADA

 

 

 

Cuando vamos al supermercado a comprar sal, muchas veces no somos conscientes entre la diferencia entre la sal refinada y la marina,  simplemente cogemos una, desconociendo los perjuicios que nos puede traer a la salud.

 

La sal refinada tiene una composición química diferente a la marina, y unos efectos en nuestro organismo también distintos.  

 

Debido a su presencia en nuestras cocinas y mesas, y la relevancia de sus efectos nocivos, he decidido hacer un apartado exclusivamente para ella.


La sal marina es fundamental para la vida, es más, el origen de la vida se inicio en el mar, en esta sopa madre salada. Un 10 % de su composición son minerales, aporta más de 85 elementos de la tabla periódica.

 

Entonces cómo se explica que la sal, tan importante para la vida,  componente de los fluidos de los seres vivos, se haya convertido en un veneno, un tóxico que nos enferma y nos merma la vida. 

 

Pues bien, la explicación es muy sencilla, en el proceso de refinación para conseguir su blanqueo  y que sea más atractiva al consumidor, pierde toda su composición mineral. Al no tener minerales, sino sodio y cloro, se vuelve tóxica para nuestro organismo y dañina. A parte las elevadas temperaturas a las que se somete durante este proceso y los productos químicos a los que es expuesta, cambian su composición química.

 

En sus orígenes el consumidor no fue el objetivo principal del refinamiento de la sal, ésta se llevo a cabo ya que se descubrió que el cloruro sódico era una gran reactivo para la industria química, y era económico, ya que la sal abunda en el mundo, este reactivo era perfecto para la producción de plásticos, aceites minerales,… De la misma forma, la industria alimentaria comenzó a incorporarlo a sus productos,  por un lado por su económico precio, y por otro por su capacidad conservante.


Por lo que un producto saludable como la sal, se convierte en una sustancia tóxica con el refinado. 


La mayoría de los productos procesados llevan gran cantidad de sal añadida, este tipo de sal es sal refinada, lo cual es muy perjudicial para nuestra salud a largo plazo, provocando enfermedades coronarias y patología cardiovascular, así como debilitamiento y afectación renal.

 

Cuando consumimos productos procesados y refinados, ingresamos en nuestro organismo cantidades ingentes de sodio a través de la adicción de sal refinada, esto producirá desequilibrios electrolíticos en nuestro organismo, ya que este sodio se absorbe de manera masiva y produce trastornos metabólicos.

 

La mayoría de los procesados y refinados no indican las cantidades exactas de este aditivo, que para mejorar su sabor empeora nuestra salud. Este provocara retención de líquidos para neutralizarlo, con la consecuente sobrecarga a nivel renal y cardiaca, así como  celulitis y edemas. Por otro lado para podrá paliar el exceso de sodio el organismo al verlo como una sustancia tóxica lo aislará en células grasas, por lo que se generará obesidad. Por otro lado, las moléculas de sodio no aisladas formarán cristalizaciones que predispondrán a en enfermedades como o artritis, gota,…

 

A cambio de un producto que nos alegra las papilas gustativas, a la larga pondremos en riesgo nuestra salud.

 

Aparte se le añaden antiaglomerantes y otros minerales. Para aumentar su tiempo útil y facilitar su consumo haciéndola más atractiva al consumidor, se le añaden estos antiapelmazantes, que harán que este suelta y sin grumos. Por otro lado, a veces este tipo de sal que ha sido despojada de todos sus minerales, es suplementadas con iodo o flúor, con el supuesto fin de ayudar en problemas de hipotiroidismo y proteger frente a la caries dental respectivamente, pero estos minerales no son metabolizables por el organismo, por lo que no tendrán beneficios, sin embargo, si ocasionan problemas de salud a la larga.

 

Por ello es de vital importancia elegir una sal de calidad, ya que la producida para la industria química es dañina para nuestro organismo. Existen muchos tipos de sales saludables, que nos aportan beneficios para la salud, pero la más normal y común, es la sal marina, que podemos encontrar en cualquier supermercado de a pie. Es importante fijarnos en que ponga sal marina natural, para que no haya tenido ningún proceso de refinación.


La sal refinada la podemos diferenciar por su aspecto antinatural, ya que es de un blanco casi nacarado y sus partículas se encuentran sueltas entre sí, con un aspecto que roza la perfección.


Si quieres saber más sobre la sal marina, lee el artículo de cocinacurativa.com sobre ella

 

© Nerea de la Torre

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